Financiación para empresas

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Las empresas, independientemente de su tamaño y su sector, necesitan fondos para mantenerse en funcionamiento y asumir las inversiones y gastos necesarios para seguir trabajando y competir en el mercado. Cumplir con los pedidos de clientes hasta que se realiza el cobro, pagar las nóminas y cotizaciones, comprar nueva maquinaria o lanzar un producto al mercado son sólo unos pocos ejemplos de actividades diarias de una empresa que necesitan de una cierta capacidad financiera para llevarse a cabo.

Las dos fuentes de financiación para empresas básicas

Para cumplir con esas obligaciones, los negocios deben disponer de liquidez, que tiene básicamente dos orígenes posibles:
  1. Fuentes de financiación propias. Son aquellos fondos que provienen de la propia actividad de la empresa –beneficios empresariales- y que se incorporan a los recursos propios de la sociedad. Se trata del dinero neto que gana la empresa y que no se reparte en forma de dividendos u otras formas de retribución a los accionistas.Dentro de esta categoría también entra el dinero que aportan los accionistas de la empresa, bien sea en el momento de la constitución de la sociedad mercantil como en sucesivas ampliaciones de capital.
  2. Fuentes de financiación ajena. Son aquellos fondos que vienen de fuera de la empresa y sus fundadores. Básicamente se divide en:
  3. Instrumentos de capital: Tienen forma de aportaciones de inversores externos a la empresa. Participan en una parte de los beneficios tras descontar el resto de pasivos. Pueden intervenir en la gestión según el porcentaje del capital que reúnan.
  4. Instrumentos de deuda: Se incluyen aquellos fondos que se captan por parte de todo tipo de actores financieros, ya sean instituciones financieras o los inversores finales en los mercados de capitales:
  • Instrumentos de deuda bancaria. Incluyen los distintos tipos de servicios de financiación que prestan las entidades bancarias tradicionales, como las líneas de crédito y préstamos. El coste se fija según el tipo oficial de interés más la prima de riesgo que asume la entidad financiera y los costes son deducibles.La financiación de las empresas españolas se ha basado básicamente en la deuda bancaria, aunque en la actualidad aparecen en esta categoría alternativas de financiación muy interesantes. Es el caso del anticipo de facturas y el descuento de pagarés de Pagaralia, que permiten financiar la actividad de la empresa sin aumentar la deuda anotada en la CIRBE ni en el balance del negocio.
  • Emisiones de deuda. Las empresas pueden financiarse a través de la emisión de letras y bonos en los mercados financieros, aunque es una posibilidad que sólo está al alcance de las grandes empresas, dados los altos costes que tienen este tipo de herramientas y los elevados importes que se solicitan a los inversores.
  • Instrumentos híbridos. Son herramientas financieras complejas que combinan características de los instrumentos de deuda y los fondos propios, como la posibilidad de convertirse en acciones o la subordinación del pago de intereses al logro de beneficios por parte de la empresa.